"... se acerco a mi enseguida. Me embolvio en su abrazo férreo, apretándome contra el. No parecía consiente de que su familia lo observaba cuando acerco mi rostro al suyo, despegándome los pies del suelo. Durante un breve segundo poso sus labios helados y duros sobre los mios y me dejo en el suelo sin dejar de sujetarme el rostro; sus esplendidos ojos ardían en los mios, pero, curiosamente, se volvieron inexpresivos y apagados..."
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