
"Se dio la vuelta al hablar, sonriendo y
contuve un gemido. Llevaba desabotonada la camiseta blanca sin mangas, por lo que la suave superficie de su piel se
veía desde el cuello hasta los
marmóreos contornos de su pecho, sin que su perfecta musculatura quedara oculta
debajo de la ropa. La
decepción me
hirió en lo mas hondo al comprender que era
demaciado perfecto. No
había manera de que aquella criatura celestial
estuviera hecha para mi."
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